Capítulo 8 + ¡Ohayou! + Ken POV
Desperté sintiendo una tranquilidad que hace mucho
tiempo no sentía, pronto me embelesaba con la figura y el rostro que dormía
plácidamente sobre mi pecho. Mis ojos no pudieron prestar atención al desorden
de mi habitación por largos mitos pues estaban ocupados en comprobar una y otra
vez que esta figura estaba allí.
Sus labios estaban hinchados y su cabello
desordenado, comencé entonces a acariciar delicadamente con un dedo la mejilla
que podía divisar, recorriendo tranquilamente desde su sien hasta rozar sus
labios. Era cálido, estaba ahí, sonreí aliviado y complacido pues no se si mi
corazón hubiera resistido no tenerlo a mi lado. Acaricié con calma desde su
baja espalda, cubriendo la hendidura de su columna vertebral hasta su cuello
para terminar enredando mis dedos en su suave cabello ordenándolo un tanto.
Emitió un leve sonido en su garganta, entre un
susurro y un reclamo, acomodándose en mi pecho y escindiendo su rostro en la
curva de mi cuello. Por lo cual sonreí entretenido pues su respiración serena
me hacía cosquillas. Bostecé un par de veces antes de sentir que él enredaba
sus piernas con las mías, y su mano buscaba la mía. A lo que respondí
inmediatamente correspondiéndole, con un suave beso en su frente y apretando
con gentileza su mano y mis piernas contra las suyas. El suspiró complacido
mientras intentaba abrir los ojos.
- Ohayou~ - Dije con ternura y cierta seguridad
perdida que sutilmente regresaba a mí, besé nuevamente su frente.
- ¿Estoy soñando? – Preguntaste algo adormilado
levantando la cabeza con los ojos a medio abrir
- No lo sé ¿necesitas comprobarlo? - Pregunté en
tono juguetón sonriendo
- Sí, por favor… - Sonreíste inocentemente medio
dormido con los ojos cerrados
- Oke… me lo pediste – Sujeté con un brazo tu
cintura para levantarte un poco y besarte tiernamente en los labios, haciendo
que rodearas mi cuello para profundizarlo hasta que el aire nos hizo falta.
- Arigatou~ - Dijo, para luego detenerse en seco y
abrir los ojos de forma interrogativa y amenazante – Etto… matte~ - Abrió los
ojos grandes como plato, me miró extrañado y se miró a sí mismo enrojeciendo
por completo – Yo… tú… yo… >///< - Repetía tartamudeando nervioso,
alejándose de mí en a cama – Ken… esto… Ken… dime… ¿yo? ¿Ken? ¿Dime qué…?
>///< º///º .///. – Se tapó la cara con la sábana alejándose más de mí
- ¿Doushite no? – Me acerqué tratando de abrazarlo,
en vano pues me esquivó nervioso – Yuki… está bien… estás conmigo… por favor… -
Dije al fin alcanzando a sostenerlos en mis brazos, lo rodee tratando de
calmarlo. Por un momento se resistió, pero luego me correspondió más tranquilo.
- Lo siento… por un momento pensé… que… - Puso su
cabeza en la curva de mi cuello escondiéndose
- Lo sé… entiendo perfectamente así que no te
preocupes ne~ - Acaricié su cabello algo apenado – Sentí algo parecido cuando
desperté… - Me acomodé en la cama arrastrándolo a él también.
- ¿De verdad pasó todo eso ayer? – Preguntó en tono
ingenuo
- Mn… - Respondí con calma – Todo pasó en verdad… -
Le besé la mejilla, haciendo un caminito hasta sus labios – Y creo que hice lo
correcto… cuando te besé… - Comenté de modo sensual sonriéndole
- Ken… yo pensé que tú… - Me miró con tristeza a
los ojos
- Sabes que las palabras no son mi fuerte… - Sonreí
nuevamente con aire juguetón para rozar mis labios con los suyos – Y tú tampoco
me dirías nada… entonces… -
- Me atrapaste >///< Igual como los estás
haciendo ahora… - Asentí divertido, él sonrió al sentir que lo estaba besando.
Tras algunos segundos sentí sus manos recorrer con
delicadeza mi espalda, su piel pronto se tornaba más tibia mientras acariciaba
los costados de su abdomen. El beso se profundizaba debido a la leve presión
que ejercía mi cuerpo contra el suyo, mis labios no se separaron de los suyos
hasta el que aire se nos hizo necesario. Lo miré deseando seguir con aquellas
caricias que se hacían tan satisfactorias, el roce de sus dedos y sus labios
medio humedecidos con mi lengua, era completamente lo más delicioso que había
esperado sentir. Él tomó mi cara con ambas manos respirando algo agitado, me
observó como si pudiera leer mi mis ojos, como si pudiera leer mi alma en ese
instante y suspiró para después posar sus delgados labios sobre los míos que lo
recibieron con gusto para que él me besara con calma y mucho cariño envolverme
en aquella caricia.
Mis manos terminaron acariciando sus muslos, mi
cuerpo por necesitaba sentirlo de nuevo, por lo que actuaba por sí solo.
Teniendo en cuenta de que Yukihiro comenzaba a dar señales de nuestra
excitación debido al jadeo que se hacía más constante cada vez que mis manos
lograban alcanzar más piel de la que ya atendían. Fueron unos cuantos segundos
en los que creí que todo avanzaría al mismo nivel que habíamos logrado la noche
anterior, pero sentí un quejido que percibí e interpreté como un claro
“detente” por lo que suavicé cualquier intento de algo más, y solamente lo besé
con cuidado.
- ¿Daijoubu, Yuki? – Pregunté preocupado
acariciando su rostro
- Daijoubu… demo… - Respondió algo triste
- No haremos nada… - Él asintió resignado mostrando
más su tristeza – No te preocupes, koi… - Lo besé un instante para sonreír –
Ahora… creo que haré el desayuno ¿nee? Primero me daré una ducha… luego preparo
algo para los dos n.ñ ¿Te parece, koi? n.n –
- ¿Koi? o.O
- Hai n.ñ – Sonreí con satisfacción al ver su
expresión de confusión, lentamente me levanté hasta sentarme a su lado – Te
dejaré solo un rato… no hagas nada extraño ¬3¬ ¿ne? n.ñ
- Baka u///u – Cerró los ojos sonriendo a pesar de
fingir enojo por sonrojo.
Tiré de una sábana para cubrirme, no es que me
molestara estar desnudo frente a Yuki sino que por respeto a él no lo hice. Lo
besé por última vez para dejarlo y entrar en el baño.
Una ducha corta que me repuso del cansancio que
logré percibir después, me vestí con un par de jeans deslavados y una camiseta
que estaban como por casualidad del cielo limpios en el baño. Salí con el
cabello húmedo sonriéndole a un adormilado Yukihiro cubierto con la frazada que
quedaba en mi cama. Después nuevamente le dejaba en la habitación para preparar
en la cocina un improvisado desayuno.
Serví dos porciones de ramen con verduras y las
tazas de té, junto con algunas galletas de chocolate que seguramente a él le
encantarían. Mientras terminaba de poner todo en la bandeja, mi mente se volcó
a la idea de cuán adolorido estaría Yukihiro luego de nuestro encuentro
amoroso. Me preocupé, nunca había hecho el amor con otro hombre, y alguna vez
no sé porque escuché por ahí que se debía ser más cuidadoso y que no era lo
mismo que con una mujer, tragué saliva espantado por múltiples pensamientos.
¿Había sido lo suficientemente cuidadoso con Yukihiro? Me aterré, apreté la
bandeja con fuerza maldiciendo mi lujuria.
Las dudas me carcomían por dentro mientras me
acercaba a la habitación, continúe hasta la cama. Yuki no estaba ahí y se me
heló completamente el alma. Puse la bandeja en la cama y miré hacia todos lados
desesperado, encontrando la puerta del baño a medio cerrar. Me calmé un poco y
conseguí llegar hasta la puerta, pegando una oreja en ella para escuchar.
- ¡No me espíes Ken-can! ¬¬ - Exclamó él abriendo
la puerta vestido solamente con sus pantalones y una expresión molesta en su
rostro.
- Ore wa… - Dije alcanzando a sostenerme en el
marco de la puerta para no caer - ¡Pensé que te habías ido! TOT –
- Estoy bien, Ken-chan… - Dijo observándome a los
ojos, de nuevo leyéndome
- Hai… u-u – Respondí apenado, agachando la cabeza,
me quedé mirando su torso y pecho. Notando las marcas rojizas en su cuello y
repartidas por su pecho y cerca de su ombligo.
- ¿Tra… tra… trajiste el desayuno? >///< -
Preguntó tartamudeando sonrojándose un poco al sentir como lo estaba observando
- Hai… - Dije a modo de suspiro indicándole la
bandeja en la cama - ¿Tienes hambre? – Pregunté embelesado aún fijándome en sus
marcas
- Un poco… >///< ¡Ken!
- ¿Mn? *-*
- ¡Deja de mirarme así! >///< Voy… a… -
- ¿Así cómo? *-*
- ¡Ken! .///. – Se volteó y buscó su camisa para
ataviársela y abotonarla lo más rápido que pudiera
- ¿Por qué te…? – Alcancé a decir antes de que
estuviera completamente vestido – Gomenne~ u.u
- Desayunemos ¿ne? n///n – Sonrió sonrojado saliendo
del baño para quedar a centímetros de mí
- Ha~i – Respondí como un niño consentido,
caminamos juntos hacia la cama
Primero ordené un poco el desorden estirando las
frazadas para terminar dejando la bandeja en el centro. Él se sentó frente a mí
acomodando algunas almohadas cerca, pude ver cómo hacía una imperceptible mueca
de dolor con los labios por lo que me sentí culpable y miré la bandeja por unos
instantes antes de volver a mirarlo a la cara.
Serví el té que ahora estaba un poco más frío, al
igual que el ramen y luego me senté. Ambos nos mirábamos en silencio y
agradecimos por la comida para empezar a disfrutarla. Estábamos hambrientos, el
ramen y las galletas se nos hicieron poco.
No habían más cosas en mi nevera o mi despensa,
tomé el teléfono instintivamente al sentir que mi estómago comenzaba a reclamar
por más alimento.
- ¿Qué haces? o.O – Preguntó Yuki alzando una ceja
- Pediré comida… tengo hambre ._. - Mi estómago
rugió
- Oke~ Que sea comida china ¿ne? Hace tiempo no me
alimento de eso u.ù –
- Con una condición =P – Puse mi mejor expresión
seductora en el rostro, Yuki asintió – Que te quedes hasta mañana conmigo aquí…
onegai =3
- Demo… debo arreglar unas cosas… yo… - Mintió, lo
conocía bien para saber que era una excusa. Miró la bandeja con expresión
melancólica
- ¡Yuki no me dejes ahora…! No quiero estar solo…
por favor… - Esa frase me salió del alma, fue casi un ruego agónico de mi
subconsciente. Hubo silencio gélido por algunos minutos, yo lo miraba y el
continuaba esquivándome fijo en la bandeja de comida – Esta bien… no quiero
obligarte… aunque sabes que lo haría ja… - Sonreí apenado, en verdad no quería
separarme de él – Lo siento… no quiero presionarte… soy un idiota u-u
Me levanté de la cama para pedir una orden de
comida china, me sentí algo estúpido tratando de mejorar el ambiente. Luego
Yukihiro se levantó cuando terminé la llamada, estaba triste y lo percibí
profundamente. Me alcanzó con una mirada y comprendí que no debía presionarlo a
nada.
- Debo irme… tengo que… - Puse un dedo en sus
labios para no dejarlo hablar
- Está bien… te acompaño a la puerta… -
Lo llevé por la casa, no hablamos. Mientras él
recogía su chaqueta en la sala yo planeaba mi tarde comiendo comida china
frente al televisor. Lo conduje hasta la salida, en donde volteó para mirarme
lo cual aproveché para besarlo de forma profunda acorralándolo en la puerta.
- Te amo… - Susurré en su oído en un hilo de voz
profundo
- Boku mo… - Respondió en voz baja mirándome a los
ojos.
Me sentí en las nubes cuando Yuki me devolvía el
beso con ternura y luego escapaba de mis brazos para salir de mi casa. Después
de verlo salir casi corriendo por el pasillo, regresé a la sala, esperé la
comida y me desparramé en el sillón mirando alguna película o programa
interesante en la televisión.
No me di cuenta en que minuto me había quedado
dormido después de comer tantas porciones de comida china. Hasta que sentí que
llamaban a la puerta, tuve que estirarme bastante para despertar bien. Eran
cerca de las 10 de la noche, alcancé a ver el reloj de la pared y todavía
tocaban la puerta de forma insistente. Me levanté rápido para atender a quien
insistía en la puerta.
- Konban wa~ Ken-chan… - Dijo una voz conocida, en
forma grave y con cierta ingenuidad
- ¿Yu… Yukie? O_o – Me restregué los ojos mirándolo
otra vez
- ¡Sorpresa! n.n – Dijo en tono alegre sonriendo
ante mi confusión
- ¿Te vas a quedar conmigo? T_T – Pregunté casi
llorando de felicidad
- Hai~ n.ñ –
- Demo… yo… u.u –
- ¿Me vas a dejar pasar, o piensas dejarme aquí
afuera con toda la comida que traje? ¬o¬ - Preguntó con algo de molestia típica
de él
- Hai, hai >///<
Luego de que entramos, todo se hizo más fácil.
Aunque no hablamos demasiado disfrutamos de nuestra compañía sin molestias de
nada. Con una deliciosa cena, un rato de videojuegos y una pequeña charla de lo
que habíamos hecho antes de vernos. Pudimos dar paso a suaves caricias en la
cama a la hora de dormir.
No pude estar más contento al sentir que Yuki
correspondía mis besos y mis caricias en su piel, ahora era todo distinto pues
todo ahora era de verdad. Por fin mi corazón estaba calmado y algunas de mis
dudas se habían disipado por completo. Él estaba ahí conmigo, a mí lado y
durmiendo plácidamente entre mis brazos en donde hace mucho tiempo quería
atraparlo.
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