ESTOY DE VUELTA NEE?
Tu rostro calmado me ha llevado a pensar
muchas veces que la vida no merece más que todo el tiempo felicidad.
Cuando te conocí creí haber percibido en tus
ojos algo que me decía que nadie iba a poder separarnos. Era muy poco lo que te
conocía, pero a pesar de eso me aferré a mi presentimiento y dejé que tus
labios reclamaran como tuyos los míos.
Largo tiempo pasó antes de que me hiciera
merecedor de tu amor, largo tiempo pasó antes de que tú te atrevieras a aceptar
que me amabas de la manera más profunda que alguien puede hacerlo.
Pero también el tiempo, hizo que tu corazón y
tu alma necesitaran un placebo para continuar existiendo. Quizás fue mi culpa,
quizás yo no fui lo suficientemente fuerte para afrontarlo en el momento,
cuando aquella miserable droga se apropió de tu cuerpo y de tu mente.
Luego de tu partida, creí que moriría sin tu
calor en mi cama. Sin tus caricias en la tarde frente al televisor cuando tratábamos
de ver algo entretenido después de los ensayos con la banda. Sin tu sonrisa
misteriosa que me hacía pensar tantas cosas cuando me mirabas de reojo en la
oficina mientras los demás estaban con nosotros. Sin aquellas dos palabras que
me decías cada vez que podías, susurrándome en el oído, en murmullos antes de
dormir, en murmullos antes y después de hacer el amor. Todas aquellas cosas que
solo tú eras capaz de hacer por mí, todas esas cosas que solo tú eres aún capaz
de entregarme.
En nuestra etapa de transición, conocí a
muchas personas, algunas de ellas pudieron acercarse a mí como posibles amores
temporales pues nunca dejé en realidad de pensar en tus besos, ya que siempre
en cada una de aquellas "relaciones" comparaba su comportamiento y su
personalidad con la tuya. Quizás yo solamente buscaba remediar las heridas que
mi corazón tenía a causa de tu enfermedad, tal vez solo estaba buscando aplacar
mi dolor, el dolor que sentía de no estar a tu lado.
Muchas veces me sentí impotente de no poder
hacer nada más que alejarme de ti en esos instantes para que pudieras recuperar
tu mente y tu cuerpo, y muchas veces creí que en verdad me podrías olvidar si
yo no era capaz de poder acercarme a ti, para verte y decirte un
"Hola" cariñoso como siempre lo había hecho.
Tetsu me ayudó bastante en este proceso, y
como sabes bien, él también quiso ser parte de mi vida. A mi pesar fue que
acepté su invitación a amortiguar mis heridas con sus besos, a mi pesar fue que
acepté que muchas veces me marcara el cuello cuando terminaba con él en la
cama. Creo que esa época la he olvidado de a poco, aunque no es mi intención
hacerlo pues es importante para mí recordar mis errores para no cometer las
mismas equivocaciones en un futuro cercano. Kitamura por otro lado me llevaba a
sus fiestas, en donde conocí a varias chicas que solo querían pasar una noche
en la cama conmigo, a algunas de ellas les acepté su propuesta, a otras
simplemente les sonreí y di media vuelta. Especialmente KItamura se preocupaba
de mí, en distintas oportunidades me aconsejó que dejara de ver a tantas
personas, nunca creí que él me dijera eso pero pronto le hice caso y todo
resultó un tanto mejor.
Tetsu se había encariñado con otra persona, y
al fin pude terminar con esa invitación. Pero, un día por fin pudiste volver.
Mi departamento ya no era el mismo, había cambiado y tenía mucho más espacio,
pues ahora vivía en un lugar más acomodado.
Eran cerca de las 5 de la tarde, cuando
tocaste la puerta. Yo estaba sumergido en papeles, inventando letras para
algunas melodías. Me sorprendí bastante, pues nadie al menos que fuera invitado
por mí iba a mi casa a esas horas. De forma perezosa llegué a la puerta y abrí
con curiosidad de saber quien era. Al verte parado detrás de esta, casi me
desmayé, de no ser por mi autocontrol pude haber terminado en el suelo, en vez
de eso me pregunté si en verdad eras tú o una ilusión engañosa que había creado
mi mente para verte. Sonreíste de forma misteriosa, y dijiste "Hola".
Pronto mi mente se llenó de recuerdos, de caricias, de besos, de palabras, y
pregunté si en realidad eras tú, asentiste sonriendo al ver mi expresión de confusión
en el rostro.
Entramos ambos a la sala, en donde te ofrecí
alguna bebida o algo de comer, asentiste agradeciendo, yo me apresuré a
preparar algo. Mis manos se habían puesto torpes, pero aún así hice algo
rápido. Cuando te divisé a través del pasillo parecías el mismo desde hace
algunos años, de presencia misteriosa y fuerte, sin dejar de ser amable.
Hablamos, hablamos, hablamos de tantas cosas,
recordando nuestros inicios. Recordando nuestros buenos tiempo, y una pregunta
me surgió mientras te observaba beber del jugo de naranja. Habían pasado más de
dos horas después de que llegaste, y mi corazón pedía a gritos que me dijeras
lo que quería saber.
- Sabes - Dijiste con cierto aire serio,
luego de mirarme de repente con un brillo distinto. - Nunca he olvidado tus
besos, nunca he olvidado que...Te amo... -
Mi corazón se detuvo ante esa declaración, te
miré sorprendido entreabriendo la boca. Mis ojos se fijaron en los tuyos, y tú
sonreíste como siempre lo habías hecho.
- Sakura... - Pronuncié tu nombre tras unos
segundos de no entender bien - Yo...
- Pensé muchas veces en escapar, pensé tantas
veces en solamente admirar tu rostro... a pesar de que...Kitamura me hablaba de
tu "vida" yo continuaba mi lucha por no... dejar que mi corazón...te
olvidara... -
- Lo siento... yo... no
quería...olvidarte...pero...pasaron muchas cosas... - Mis lágrimas comenzaron a
brotar lentamente, demasiados pensamientos colapsaban mi mente.
- No importa... ahora estoy de vuelta ¿nee? -
Mis ojos se cerraron, estaba llorando. Me cubrí
el rostro con las manos, y sentí como tus brazos fuertes me rodeaban. Pronto
tus manos acariciaban mi cabello, calmándome, mis brazos pasaron alrededor de
tu cuello. Pude sentir que mis labios necesitaban ser marcados nuevamente por
tu boca, sequé mi rostro con mis mangas mientras me decidía a ser yo quien te
besara primero pues en verdad necesitaba sentirlos.
Te miré a los ojos, y sin decir nada tus
labios reclamaban los míos. Tanto tiempo había pasado entre nosotros, que no
bastó un beso para considerar nuestro regreso. Uno tras otro, hasta que el aire
nos advirtió que debíamos detenernos. Pero aún así me seguías apretando contra
tu cuerpo, no te separaste de mí.
- Perdóname, Haido... nunca debí hacerte
daño...
- No importa, solo quiero permanecer a tu
lado...es nuestro destino...
- ¿Destino?
- Hai...el primer día que nos besamos yo lo
supe... nada nunca nos podría separar...
- Destino... entonces... ¿quieres volver a mi
lado? - Preguntó Sakura mientras tomaba mi mentón y acercaba su boca a la mí.
- Siempre he estado a tu lado... nunca te
olvides de eso... - Sonreí de forma coqueta mientras me acercaba a su boca para
rozar sus labios
- Nunca lo olvidé... -
Más tarde Sakura me despojaba de mi ropa, y
me despojaba también de todo lo que pasó durante todo el tiempo que nos
mantuvimos separados. Y una vez más el destino nos deparaba sorpresas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario